El retrato que entregues junto a tu portafolio es generalmente el primer rostro que una galería o comprador asociarán a tu obra. Es tu avatar, tu presencia, y en parte habla por ti cuando no estás presente. Por lo tanto, es muy importante que tengas un buen retrato, pues quieres dar una buena primera impresión.
¿Qué diferencia un retrato de otras fotografías?
Un retrato es una fotografía que principalmente muestra la cabeza y cuello del individuo. Aunque pueden añadirse algunos elementos creativos, un retrato no es una forma de fotografía artística. Un retrato se usa para asuntos comerciales o profesionales como una representación precisa del sujeto.
Recuerda tres elementos al planear y tomar tu retrato: Simple, Limpio, Profesional.
Simple.
Tu retrato no debe ser complicado. Este no es el momento de poner en práctica tu proclividad artística. Los retratos tienen un formato muy específico, y esto es algo que debes cumplir.
No confundas tu retrato con una fotografía de cuerpo completo: lo único que debe aparecer en la fotografía es la parte superior de tu cuerpo, de las clavículas hacia arriba.
En general, no debes llenar todo el marco: debe ser visible un fondo detrás de ti. Y sí, ese fondo también debe ser simple. Un fondo unicolor será perfecto.
Ya que solo se incluyen tu rostro y tus hombros, no hace falta que te “vistas bien” para tu retrato. Debe estar visible una camisa simple, idealmente de un color que haga buen contraste con tu piel. No uses una camisa de pecho descubierto, o parecerá que estás desnudo al recortar la fotografía.
No es necesario usar mucho maquillaje. Un retrato debe lucir natural y minimal. Recuerda: mantén las cosas simples.
Limpio.
Asegúrate de que tu ropa luzca bien, sin arrugas ni manchas en las porciones visibles para la fotografía. Idealmente no deben verse en la fotografía logos o palabras en tu ropa. Un retrato se trata de ti, no de qué marcas te gustan.
Peina o arregla bien tu cabello (también el vello facial). Si tienes una cita en el estilista pronto, podrías programar tu sesión de fotos para que sea justo después.
El fondo debe ser simple: puede tener un patrón o textura mínima únicamente si esto no distrae la atención de tu rostro.
Profesional.
Revisar tus álbumes de fotos y recortar tu rostro de una fotografía de una fiesta o tal vez de tus últimas vacaciones podría parecer tentador. No caigas en la trampa: los profesionales del arte se darán cuenta, y no tomarán en serio tu retrato “fácil”.
No hace falta hacer muecas en un retrato, ni siquiera si te parece que algo así te representa mejor a ti o a tu obra. En ocasiones, lo primero que alguien ve de ti como artista es tu retrato, y si no tienen ningún contexto, tu foto “divertida” podría lucir más inapropiada que entretenida.
Por otro lado, también es importante que no luzcas demasiado serio. Recuerda, es un retrato, no la fotografía de tu prontuario. Quieres lucir agradable y simpático: preséntate como una persona con quien otros querrían trabajar.
Si estás enviando tu retrato a una galería, agente, o publicaciones, es probable que necesiten una fotografía digital de alta resolución. Las impresoras profesionales para revistas, anuncios y catálogos necesitarán imágenes de cierto tamaño y/o resolución para impresiones profesionales. Verifica siempre si existe un tamaño sugerido o exigido antes de tomar la fotografía. Si sale mal, tendrás que tomar otra que sí puedas enviar o tal vez dejen de considerarte como un candidato para ese artículo, anuncio, exhibición o trabajo.
Teniendo esto en mente, estos son 6 pasos fáciles de seguir para tomarte el retrato profesional perfecto para todas tus necesidades de portafolio y de promoción de arte.
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Paso 1
La Gran Pregunta: ¿Selfie o No Selfie?
Hoy en día, casi todos tenemos teléfonos celulares con cámaras. Es natural que tu primer impulso sea tomarte un “selfie” y usarlo como retrato. Después de todo, es rápido, fácil y económico.
Primero, definamos qué entendemos por “selfie”. Aunque, técnicamente, cualquier autorretrato puede definirse como un “selfie”, nos referimos específicamente a una fotografía que tomas de ti mismo con tu brazo extendido. Si usas redes sociales, seguramente estás familiarizado con este formato.
Recuerda que una de las palabras claves es profesional. Puede ser casi imposible lograr que una selfie luzca profesional – especialmente si lo tomas con un teléfono/cámara en tu brazo extendido. Los selfies suelen parecer demasiado “primer plano” para uso profesional. Además, generalmente tienen muy mala iluminación y están fuera de foco.
No deberíamos tener que decir esto, pero lo haremos: un “selfie” frente al espejo (tomar una foto de ti mismo visto en un espejo) no es una opción. Sencillamente no.
Habiendo dicho esto, no es necesario que contrates a un fotógrafo. Puedes tomar buenos retratos si te preparas correctamente:
- Coloca tu cámara sobre un trípode o una superficie plana al menos a 3 pies de distancia de donde estarás posando.
- Usa el temporizador de tu cámara, y date suficiente tiempo para caminar hasta tu posición sin apurarte.
- Si tu cámara o teléfono tiene una función que te permita tomar varias fotografías a la vez, úsala. Puede que se llame “ráfaga” o “disparo continuo”.
- Un cable con disparador, si tienes uno, te permitirá tomar varias fotos desde lejos. Pero para esto, debes asegurarte de que la cámara esté bien asegurada a un trípode, o podrías terminar moviendo la cámara.
Este equipo es fácil de obtener y relativamente económico, ¿pero para qué pasar por todo esto si tienes a alguien que pueda ayudarte? Puede que no necesites contratar a un fotógrafo profesional siempre que tengas a un amigo o pariente dispuesto a ayudarte.
Por supuesto, si quieres que tu retrato sea tan bueno como sea posible, un fotógrafo de retratos de ofrecerá más recursos: iluminación de estudio, fondos profesionales, y retoques en Photoshop. Se recomienda que tomes fotografías de este nivel siempre que sea posible.
Paso 2
Planifica con Antelación: Elige una Hora y un Lugar.
Tu siguiente paso es apartar un buen momento para tomar tus retratos. Si estás trabajando con alguien más, entonces decidan esto juntos. Asegúrate de tener suficiente tiempo para prepararte, tomar múltiples fotos, y revisarlas. Puede que quieras tomar fotos nuevamente si el primer intento no salió bien, así que separa un período de media hora a 45 minutos para tomar tu retrato. Si sabes que eres muy particular respecto a estas cosas (¡nos pasa a muchos!) entonces tómate un poco más de tiempo.
Luego, elige el lugar.
Si no tienes un fondo profesional, lo mejor que puedes hacer es estar de pie frente a una pared blanca. Recuerda la palabra clave “simple.” Una pared blanca es lo más parecido a las pantallas que usan los fotógrafos de retratos. Colores neutros como el gris son siempre una buena opción para un retrato, pues no distraen de tu rostro. Evita los colores brillantes o saturados para los fondos, y nunca uses nada que pueda describirse como un color ‘neón’. No solo se considera que estos colores brillantes son “poco profesionales”, también pueden abrumar la imagen del sujeto, distrayendo la atención de tu rostro a la pared detrás de ti.
Trata de elegir un fondo con un tono que haga contraste con tu cabello o tu piel: un fondo claro para complexiones más oscuras y viceversa. Esto evitará que luzcas “pálido” en tu retrato. Si tu cabello y tu piel ya tienen mucho contraste entre ellos, un tono neutro/medio siempre funcionará bien.
Luego, trata de encontrar un lugar con buena iluminación. Siempre debes saber qué tipo de iluminación estás usando para que puedas ajustar el balance de blancos de tu cámara o editar el color más adelante.
La luz natural es la luz del sol (técnicamente, la luz de la luna también, pero no recomendamos que uses esto para tu retrato). La luz natural puede ser directa (sin filtro) o a través de una ventana. Este tipo de luz generalmente es cálida y suave, perfecta para tomar fotos cuando tiene un buen recurso de iluminación disponible.
La luz artificial puede provenir de bombillas, pantallas o cualquier otra fuente artificial. La luz artificial puede tener muchos tonos distintos: los monitores digitales tienen un tono azulado, mientras que las luces incandescentes son más bien amarillentas.
Jamás ilumines tu retrato con una linterna. Usa luces desde más distancia; una fuente de luz desde cerca, como una linterna, crea contrastes demasiado altos y produce sombras poco atractivas.
Sin importar qué tipo de iluminación uses, asegúrate de que la luz se encuentre detrás de la cámara de manera que no cree resplandor en la foto.
Paso 3
¡Sonríe!
Posar para un retrato puede ser intimidante, pero es más fácil cuando recuerdas nuestra regla #1: haz las cosas simples. Hay algunas poses simples que puedes hacer que casi siempre quedarán muy bien.
El Retrato Básico
Esta es la pose más simple de todas, y es el mismo tipo de fotografía que tomarías para una identificación, una fotografía directamente de tu rostro, cuello y hombros. Es perfecta para identificarte y ponerle un rostro a tu obra. Es la más sencilla, pero no muestra mucha personalidad.
- Párate derecho. (Jorobarte hará que luzcas cansado y enfermo.)
- Inclina tu frente hacia la cámara. Esto hará que luzcas más alto, y le dará una atractiva definición a tu quijada.

Tres Cuartos
Esta es una variación del retrato básico, y en esta pose los hombros se giran ¾ hacia la cámara. Es genial para cualquier retrato y le agrega personalidad a la foto sin sacrificar la apariencia profesional. Puedes hacer esto girando ligeramente hacia la derecha o la izquierda, dependiendo de cuál consideres que es “tu lado”.
- Inclina tu cabeza hacia la dirección contraria a los hombros.
- Sigue los ángulos de tu cuerpo para crear una línea suave desde tus hombros hasta la parte superior de tu cabeza.
Al tomar fotografías:
- Haz contacto visual: Mira directamente a la cámara de manera que estés mirando al comprador en potencia a los ojos. Tus fotografías siempre deberán ser capaces de establecer conexiones con los demás cuando no sea posible que estés allí personalmente.
- Toma varias fotografías. Incluso si tienes prisa, toma cuantas fotografías puedas en distintas poses. Más adelante, puedes revisarlas y encontrar la mejor. De este modo, no hará falta otra sesión más adelante.
- Prueba diferentes ángulos con distinta iluminación. No solo debes moverte mientras posas, sino también mover tu fuente de iluminación. Los resultados podrían sorprenderte.
- No tomes las fotografías desde un ángulo demasiado bajo o demasiado alto. ¿Cómo saber si el ángulo es demasiado bajo? Porque pueden verse tus fosas nasales. ¿Cómo saber si es muy alto? Puede verse hacia adentro de tu camisa. Ubica la cámara al mismo nivel de tu rostro y todo saldrá bien.
¿Quieres ser más creativo? Descansa tu barbilla sobre tu mano. Trata de incliner tu cabeza un poco. Experimenta con la iluminación. Las reglas se han hecho para romperse, pero trata de no romper más de una a la vez. Si rompes demasiadas reglas, perderás la simplicidad, limpieza y profesionalismo encesarios para tu retrato.
Así que Adelante, rompe una regla. No le diremos a nadie.
Paso 4
Elegir Retratos
Una vez tengas cierto número de fotografías potenciales, evalúalas.
Tu mejor fotografía será la que:
- Te haga lucir mejor.
- Te muestre de manera acertada.
- Asegúrate de aparecer de forma clara, enfocada (nada de fotografías borrosas, sin importar cuánto de parezca que te ‘favorecen’).
Pídele a un amigo o familiar que mire tus fotografías contigo. Alguien en quien confíes, que te conozca bien. Sabrán mejor que nadie si la fotografía representa correctamente tu personalidad, y generalmente serán menos severos al juzgarlas que tú. Después de todo, nosotros somos nuestros críticos más difíciles.
Paso 5
Edita tu Retrato
Que no se te salga de las manos el Photoshop. No agregues filtros de color ni dibujes nada sobre la fotografía. No estás editando la fotografía para añadirle un borde divertido ni para poner la cara de Kanye West sobre la tuya.
- Remueve o minimiza cualquier error, como ojos rojos o brillo de anteojos.
- Mejora el brillo o contraste – SOLO si es necesario.
- Recorta la fotografía, de ser necesario, para llenar el marco con tus hombros y cabeza.
- Ajusta el color, si no has usado balance de blancos.
El programa más usado generalmente para este tipo de edición es Adobe Photoshop, pero algunos programas prestablecidos como Microsoft Photo Gallery cuentan con las herramientas que necesitarás.
Paso 6
¡Guarda y Envía tu Retrato!
Una vez que hayas tomado, elegido y editado tu mejor retrato, asegúrate de guardarlo en la calidad más alta posible. Siempre puedes reducir el tamaño de la imagen más adelante, pero no puedes agrandarlo. Guarda el retrato en distintos tamaños – un tamaño de miniatura (200×200), uno mediano (500×700), uno grande (800×1200), y uno en tamaño original. Guarda una versión en blanco y negro, y una versión a color. Asegúrate de etiquetarlas y mantenerlas en una carpeta de respaldo donde puedas encontrarlas fácilmente más adelante.
- Si estás enviando tu retrato como parte de una solicitud de empleo, puedes enviar una imagen en miniatura/mediana junto a tu CV.
- Si enviarás tu retrato para un museo/galería, debes enviar la versión grande.
- Si estás enviando tu retrato para que sea publicado en un medio impreso o digital , envía la resolución más alta posible.
De nuevo, verifica siempre las pautas particulares antes de enviar tu retrato.
¿Cómo te fue con nuestros consejos? ¡Muéstranos tus retratos en los comentarios!
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